Oración a San Francisco de Asís
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz.
Donde hay odio, pongamos amor,
Donde hay ofensa, pongamos perdón
Donde hay discordia, unión
Donde hay duda, pongamos fe
Donde hay desesperación, pongamos esperanza
Donde hay tinieblas, pongamos la luz.
Maestro, que no busquemos tanto
Ser consolados, como consolar,
Ser comprendidos, como comprender,
Ser amados, como amar.
Porque dando, se recibe
Olvidándose de sí, es que uno se encuentra,
Perdonando, se alcanza el perdón
Muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén
Oración para sonreir. Madre Teresa de Calcuta
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
Oración para aprender a amar. Madre Teresa de Calcuta
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Alma de Cristo. San Ignacio de Loyola
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.
Nada te turbe. Santa Teresa de Ávila
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza
quien a Dios tiene nada le falta
sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue,
con pecho grande,
y venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana,
nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura,
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece,
bondad inmensa,
pero no hay amor más fino,
sin la paciencia
Confianza y fe viva,
mantenga el alma,
que quien cree y espera,
todo lo alcanza.
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza
quien a Dios tiene nada le falta
sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue,
con pecho grande,
y venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana,
nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura,
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece,
bondad inmensa,
pero no hay amor más fino,
sin la paciencia
Confianza y fe viva,
mantenga el alma,
que quien cree y espera,
todo lo alcanza.